El fin de las carreras universitarias: Una reflexión sobre el futuro de las universidades

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Jonathan Kierszenowicz

Fundador de Fyhunters | Career Coach | HR Consultant | Headhunter | Acompaño a profesionales a planificar su carrera para conseguir el empleo de sus sueños.

En los últimos años, el mundo laboral ha experimentado una transformación que nos lleva a cuestionar la relevancia de las carreras universitarias tradicionales. ¿Estamos acercándonos al final de estas? Y si es así, ¿Qué debe cambiar para que la educación superior se adapte a las demandas del futuro?

Durante 10 años tuve el privilegio de ser docente universitario, una experiencia que recomiendo a cualquiera con vocación de enseñar. En ese tiempo, fui testigo del paso de cientos de alumnos por mi materia, y siempre les preguntaba: ¿Qué valor encuentran en ser graduados universitarios? ¿Cómo contribuye la universidad a sus trabajos? Ahora hago estas mismas consultas a candidatos que estan estudiando o son recientes graduados y las respuestas son similares.

La mayoría coincidía en que la universidad no les proporcionaba las herramientas necesarias para desempeñarse eficazmente en sus empleos. La verdadera formación la obtenían en la empresa, a través de cursos internos, tutoriales de YouTube, y el conocido «entrenamiento en el puesto de trabajo».

Esta realidad no me era ajena; cuando estudié Relaciones del Trabajo en la UBA, me topé con lo mismo. Al ingresar a mi primer trabajo corporativo en Tenaris, casi al final de mi carrera, me asignaron la gestión de un sistema de capacitación (Learning Management System) del que jamás había oído hablar en mis cinco años de estudios universitarios.

Esto me llevó a preguntarme: ¿Cuál debería ser la finalidad de una universidad en el mundo laboral actual?

Por décadas, la universidad ha sido la vía principal hacia el éxito profesional. La Generación X consolidó el valor del título universitario como una clave para el crecimiento en las empresas. Sin embargo, la rápida evolución tecnológica, la globalización y la digitalización han creado una brecha creciente entre lo que las instituciones educativas ofrecen y lo que las empresas realmente necesitan. Hoy, muchas empresas que mantienen el título universitario como requisito lo hacen más por tradición que por necesidad, lo que ha hecho que este requisito pierda su esencia original.

Un reciente informe de LinkedIn* sobre tendencias laborales destaca que las habilidades más demandadas en el mercado actual incluyen competencias en análisis de datos, inteligencia artificial, ciberseguridad y desarrollo de software. En cuanto a habilidades blandas, se valoran el liderazgo, la comunicación, la adaptabilidad y la resiliencia. Por otro lado, un estudio de McKinsey** revela que el 87% de los empleadores identifican carencias de habilidades entre sus empleados, y un 45% menciona específicamente la falta de conocimientos técnicos avanzados en los recién graduados. La mayoría de las carreras universitarias no están preparando a los estudiantes en estas áreas clave.

¿Cual es mi propuesta?

En lugar de continuar con modelos educativos rígidos y estáticos, las universidades deben transformarse en instituciones más ágiles y alineadas con el entorno laboral cambiante. Esto podría implicar la sustitución de las carreras tradicionales por programas modulares, carreras más cortas, y una mayor oferta de especializaciones que permitan a los estudiantes actualizar sus conocimientos de manera continua y personalizada.

Por ejemplo, una carrera de Administración de Empresas podría estructurarse en tres años: uno de contenidos comunes, uno de especialización (como Administración de Empresas Digitales), y uno de laboratorio práctico. Esta duración sería suficiente para dotar a los estudiantes de los conocimientos mínimos necesarios para ingresar al mercado laboral. Además, las pasantías podrían integrarse en el último semestre, asegurando que los graduados ya cuenten con experiencia profesional al terminar sus estudios.

Este enfoque, obviamente, debe adaptarse según la carrera. No es lo mismo formar a un médico, cuyo trabajo impacta directamente en la vida de las personas, o a un arquitecto que tiene que tener una precision exacta para que un edificio no se derrumbe. Sin embargo, considero que todas las carreras merecen una revisión exhaustiva de sus contenidos, metodologías y duración.

Es cierto que la regulación actual de la CONEAU (esto aplica para Argentina pero estimo que todos los paises deben tener una entidad similar) establece un mínimo de horas para cada carrera, pero espero que esta regulación sea revisada y adaptada a las necesidades actuales, eliminando barreras obsoletas que ya no tienen sentido.

Conclusión: Una Oportunidad para la Transformación

Las universidades tienen hoy una gran oportunidad para reinventarse y ofrecer a las empresas el talento que necesitan. ¿Cómo lograrlo? Fomentando una mayor colaboración entre las universidades y las empresas para que los programas educativos se diseñen en función de las necesidades actuales y futuras del mercado. Un informe de Deloitte*** sobre Tendencias Globales en Capital Humano señala que el 73% de las organizaciones están preocupadas por la capacidad de sus empleados para adaptarse a la digitalización, lo que resalta la importancia de un enfoque educativo continuo y adaptativo.

Esto no significa que las empresas deban armar por completo los planes de estudio, pero sí es crucial que las universidades comprendan lo que demanda el mercado laboral y ajusten sus currículos en consecuencia, siempre manteniendo su independencia.

El fin de las carreras universitarias tal como las conocemos no implica el fin de la educación superior, sino una oportunidad para reinventarla. Para estar a la altura de los próximos 50 años, las universidades deben transformarse en instituciones más dinámicas, flexibles y conectadas con el mundo laboral. La educación del futuro será más personalizada, modular y orientada a competencias, permitiendo a los estudiantes adaptarse rápidamente a un mercado laboral en constante evolución.

Esta transformación es esencial para garantizar que las futuras generaciones estén equipadas con las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades que el futuro nos depara.

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*El informe de LinkedIn se basa en su serie de reportes conocidos como LinkedIn Jobs on the Rise o LinkedIn Future of Skills, los cuales analizan las tendencias laborales y de habilidades basándose en los datos recopilados de la red profesional de LinkedIn, que abarca millones de perfiles y publicaciones de empleo a nivel global.

**El estudio de McKinsey que mencioné en el texto hace referencia al informe titulado «The future of work after COVID-19,» publicado en 2021. En este informe, McKinsey explora cómo la pandemia de COVID-19 ha acelerado tendencias preexistentes en el mercado laboral, como la automatización y el trabajo remoto, y cómo estas tendencias están creando una demanda creciente de habilidades técnicas y digitales.

***El informe de Deloitte titulado «Tendencias Globales en Capital Humano» (Global Human Capital Trends) es una publicación anual que examina los desafíos y oportunidades más relevantes para la gestión del talento y el capital humano a nivel mundial.